Se acerca San Valentín y nos viene la pregunta ¿por qué regalar una joya?.
En este artículo vamos a intentar que no tengas que volver a hacértela y a decidir por qué es una opción tan adecuada.
Empecemos por ver el significado que nos da la academia a la palabra joya.
Joya:
- Pieza de metal noble con piedras preciosas o no que se utiliza como adorno.
- Persona de mucha valía.
Uniendo las dos acepciones que la palabra joya nos ofrece se comprende de maravilla por qué decidimos regalar una joya. Nos valemos de un objeto valioso para expresar un sentimiento profundo y verdadero hacia una persona que posee para nosotros un valor extraordinario.
Por encima de su valor económico, una joya siempre lleva consigo un mensaje para la persona que lo recibe. Durante los años las joyas y en especial las piedras preciosas han ido adquiriendo una simbología que hoy día hace que nos decantemos por una u otra dependiendo de la persona y el momento en que se decide regalar joyas.
No expresas lo mismo cuando regalas una diamante que cuando regalas una perla, de igual manera no eliges la misma joya para una madre que para tu pareja.
Pero, ¿por qué una joya esconde un mensaje?, ¿qué la hace diferente de cualquier otro obsequio de adorno personal?
La respuesta a estas preguntas reside en la materialidad de las joyas, en el valor intrínseco de su materia, por su contenido además de su forma. La autenticidad de los metales nobles y de las piedras preciosas que las componen confieren a las joyas esas características que las hace únicas y eternas.
Regala un diamante para expresar compromiso y amor eterno a tu pareja, un rubí para mostrar deseo y pasión, un zafiro para prometer fidelidad y una esmeralda para asegurar la felicidad.
Regala joyas porque esconden mensajes, son únicas y son eternas.
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